martes, 5 de mayo de 2020

Nada, Carmen Laforet, breve análisis y propuesta de trabajo para 2º Bachillerato

Nada





Carmen Laforet


“A veces un gusto amargo,
Un olor malo, una rara
Luz, un tono desacorde,
Un contacto que desgana,
Como realidades fijas
Nuestros sentidos alcanzan
Y nos parecen que son
La verdad no sospechada…”


J.R.J.


Calle Aribau a comienzos del siglo XX

Esta entrada del blog es un trabajo que hice para la asignatura Textos del siglo XX en la facultad de Letras de la UPV-EHU impartida por el profesor Juan José Lanz durante el confinamiento en la primavera del 2020. Espero os sea útil.


La opera prima de Carmen Laforet, Nada es una novela de esas que marcan cambio de época. La escribió jovencísima, y es muy autobiográfica, hasta el punto de que los familiares dónde residió Laforet en Barcelona se enfadaron muchísimo con ella. Tras su matrimonio y para conseguir la separación en el año 1970, hubo de  firmar ante notario el compromiso de no escribir nada sobre los veinticuatro años casados. 
Sorprende al lector actual que una novela de una mujer tan joven tuviera un éxito tan radical como tuvo ganando la primera edición del premio Nadal y que hoy en día se haya convertido en un clásico indiscutible de su generación.


Según la profesora Rosa Navarro Durán, “Nada es un relato subjetivo existencialista y femenino”. De lo último no nos cabe duda, el narrador de este relato, no es un narrador omnisciente, sino que como jovencita de dieciocho años Andrea, el alter ego de Laforet, no sabe nada y no se entera de casi nada. Mediante una analepsis, la propia Andrea observa desde el futuro la vida rota de los familiares que la rodean, horrorizada por su sensibilidad, de una forma pictórica, casi impresionista. Las distintas tramas se suceden y se agotan por ellas mismas, siempre quedando inconclusas, solo insinuando las posibles verdades y no revelándolas, lo que provoca que cada nuevo lector de Nada descubra una novela diferente, ya que cada lector saca sus propias conclusiones sobre las razones y vivencias previas de los personajes que de alguna manera solo consigue entrever entre visillos. Todos los familiares y personajes que pasan ante los ojos de Andrea han sufrido mucho con la guerra que ha roto sus vidas, por lo que de alguna manera son náufragos de sus propias vidas, como tantos otros de la clase media, cuyas vidas la guerra arruinó. Frente a ellos Andrea es esa huérfana cuya abuela y tíos acogen para que estudie en la universidad.


A su vez, lo espacial es clave y omnipresente en el relato, hasta el punto que podría indicarse que tanto la ciudad de Barcelona, como el piso de la calle Aribau tienen la misma categoría que algunos de los personajes. Como si la prosa de Laforet y su sensibilidad poética lograra dotarlos de personalidad propia. Sin duda, en la casa de la calle Aribau (y en la buhardilla) se desata la trama fundamental de las tragedias vitales de las cuales somos testigos a través de los ojos de Andrea, y ese piso mohoso, rancio y polvoriento contribuye a angustiar la existencia de Andrea testigo casual de todo el drama vital. Pero como contrapunto espacial está la ciudad de Barcelona, que simboliza para Andrea la libertad, la juventud, la madurez. Sólo a partir del momento en que la tía Angustias se enclaustra en un convento Andrea es libre de campar por la ciudad a sus anchas, y para cualquiera que conozca Barcelona, los paseos de Andrea son de gran belleza y evocación. Al igual que los tíos de Andrea intentan pintar cuadros para sobrevivir, es Laforet la que realiza una descripción íntima y pictórica del paso de las estaciones en la ciudad de Barcelona mientras transcurre el año que vive en ella y se desarrolla la trama de la novela.


Como su título dice, para Andrea, ese año de vida es vacío, hueco, estéril, no llega a besar, no llega a bailar, no se enamora, no parece especialmente interesada por los estudios, su amiga traiciona su amistad, ni siquiera traba cariño a su pequeño primito con el que convive y del que no se da ni el nombre. Sin embargo, la violencia y la intensidad de las pasiones que se desatan en el piso de Aribau, hace que en algunos momentos más que un naufragio sea “La balsa de la Medusa” y de ahí sin duda, pese a que al final Andrea marche a Madrid llevando toda su vida en la misma maleta desvencijada con que llegó un año antes, Andrea no se va vacía. Se lleva una experiencia vital que la ha dejado marcada para siempre. Por ello se afirma que estamos ante una novela existencialista y que rompe con las novelas femeninas folletinescas de antes de la guerra civil. Claramente una gran obra. Realmente es una pena que Laforet escribiera tan poco.




+Propuesta didáctica de Nada para 2º de Bachiller:




Para por lo menos los próximos dos años Nada  se va a convertir en una novela muy importante en el País Vasco, por un motivo para nada literario, sino que será la novela que los jóvenes que se examinen de la EBAU deberán haber leído. Ante esta tesitura se van a encontrar todos los profesores de Lengua Castellana. ¿Cómo hacer que los alumnos entiendan las vivencias de Andrea, cuando viven en un mundo tan diferente al de la protagonista?
En primer lugar quiero dejar claro que me parece más fácil acercar a los alumnos a las vivencias de Andrea por estar encuadradas en la postguerra y por los temas que trata cercanos a los intereses de los alumnos más maduros (feminismo, violencia doméstica, juventud) que la novela que había hasta ahora, La casa de los Espíritus que por su longitud se les hacía extensísima y muchos no llegaban a leer más que a trompicones, y que además estaba ubicada en Chile, país cuya historia a los alumnos de 2º Bachiller les interesaba bien poco. Pese a que yo propuse  Como agua para chocolate, creo que la elección de Nada puede ser buena.
Por otra parte el hecho que en la asignatura de Historia hayan de ver la guerra civil española y tengan varios temas del franquismo viene muy bien para reforzar ideas y contenidos, multidisciplinares.
Al respecto del léxico hay algunas palabras como “cornucopia” que merecen la pena una explicación, para que los alumnos entiendan la carga simbólica que presentan dichos objetos. Pero la mayor parte del léxico empleado es accesible a los alumnos, pese a la consabida dificultad que tienen hoy en día por mala comprensión lectora, fruto sin duda del choque entre la cultura digital y la impresa que vivimos.


Sin embargo, hay un término que aparece varias veces, en catalán, el “drapaire”  (al que cantaba Joan Manuel Serrat en los años 70). La realidad de los alumnos es tan distinta que requiere explicación sobre lo que eran los buhoneros y traperos y su función en la sociedad de principios del siglo XX. El resto de términos catalanes que aparecen el texto son muy evidentes y todo sea dicho, escasos.




Una vez leída la novela por los alumnos, se les debe explicar en clase varios aspectos literarios de la novela:


-El narrador: las diferencias del narrador en primera persona, entre narrador protagonista, testigo y el monólogo interior y discutir con ellos a cuál de los tres tipos se ajusta más el tipo de narrador que es Andrea.
Por otra parte se aprovechará esta clase para explicar lo que es un narrador omnisciente frente al tipo de narrador que es Andrea que precisamente no se entera de “Nada”. ¿O se entera? Esto puede dar mucho juego si la clase es participativa.


-El espacio: en el colegio en que trabajo en 2º ESO se organiza un viaje a Barcelona que los alumnos disfrutan muchísimo. Por ello, un porcentaje muy alto conocen la ciudad por lo menos de ese viaje. Pero no estaría de más aprovechando gmaps, recordarles la disposición de las calles de Barcelona, sobre todo Muntaner, Aribau y la plaza de la Universidad, así como el barrio Gótico y el Raval, ya que son estas zonas donde transcurre el devenir de Andrea durante su año novelado. En esa explicación también se puede hacer un análisis sociológico de los barrios de Barcelona, para que entiendan mejor porque círculos se mueve Andrea.
Frente a este espacio libre hay que incidir en el opresivo piso de la calle Aribau, donde se desarrolla la parte más agobiante para la huérfana Andrea.


-El tiempo: El año de duración de la estancia de Andrea en la ciudad condal está reflejado pictóricamente en las descripciones poéticas que reparte Laforet en los distintos capítulos, en las actividades de Andrea, en sus ropas. Por ello la novela se abre y se cierra en Septiembre, mes en que realmente empieza y termina el año vital. Y Laforet aprovecha esto para estructurar la novela conforme pasa dicho tiempo y las estaciones de un modo sutil.


-Por fin llegamos al aprendizaje vital que desarrolla Andrea durante la novela: Quizás la mejor forma de trabajar esto y que sirva de prueba de lectura de la novela es la pregunta que propone Rosa Navarro en los ejercicios del final del libro. “Nada es un relato subjetivo, existencialista y femenino. Razónalo”. Me parece esta pregunta la mejor posible para que los alumnos den rienda suelta a sus reflexiones sobre la novela.


-Otro tema que por su actualidad sin duda les interesará es el de la violencia doméstica y el machismo que está reflejado en el personaje del tío Juan y su mujer Olga. Esta relación les va a costar entenderla, por la tendencia de los adolescentes de verlo todo desde un punto de vista maniqueo, pero incluso se podría trabajar en clase cuando se acerque la hoy ya casi festividad pagana del 8 de marzo.